Tu estirpe, tu familia

[Oficina de Servicios Pastorales del Real Monasterio]

El domingo, su valor para el cristiano

Por una tradición apostólica que se remonta al mismo día de la Resurrección de Cristo, el primer día de la semana, llamado día del Señor o domingo, la Iglesia celebra el Misterio Pascual. Por eso el domingo debe considerarse como el día de fiesta primordial.
Dada la importancia del domingo, sólo tienen prioridad, sobre él, la celebración de las solemnidades y las fiestas del Señor. Pero los domingos de Adviento, de Cuaresma y Pascua tienen prioridad sobre todas las fiestas del Señor y sobre todas las solemnidades. Las solemnidades que coincidan con esos domingos se trasladan al lunes siguiente, a no ser que coincida con el Domingo de Ramos o el Domingo de la Resurrección del Señor.
El domingo excluye siempre la asignación perpetua de otra celebración. Sin embargo:
a) El domingo en la octava de Navidad, se celebra la Sagrada Familia.
b) El domingo después del 6 de enero, se celebra la fiesta del Bautismo de nuestro Señor.
c) El domingo después de Pentecostés, se celebra la solemnidad de la Santísima Trinidad.
d) El último domingo ordinario, se celebra la solemnidad de Jesucristo, rey del Universo.
 En los lugares donde la Epifanía, Ascensión y Corpus Christi no son de precepto, se les asigna un domingo como día propio, a saber:
a) Epifanía: el domingo que cae entre el 2 y el 8 de enero.  b) Ascensión: el 7° domingo de Pascua. c) Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo: el domingo después de la Santísima Trinidad.

[CPFP. Congregación para el Culto divino, 1988, nº- 4-7]

El color litúrgico de este tiempo es el VERDE

1. Lecturas del  Domingo X del Tiempo Ordinario

[Año B: Génesis 3, 9-15; 2 Corintios 4, 13–5, 1; Marcos 3, 20-35 ]

Apóstol: «Aunque se desmorone la morada terrestre en que acampamos, sabemos que Dios nos dará una casa eterna en el cielo, no construida por hombres».

Evangelio: «Llegaron su madre y sus hermanos, y desde fuera lo mandaron llamar.
La gente que tenía sentada alrededor le dijo: –»Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan». Les contestó: –»¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?» Y paseando la mirada por el corro, dijo: –»Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre»
».

2. Meditación

1.- Los Evangelios presentan una tensión entre la familia de Jesús y sus discípulos (cf. Jn 7,2-4). La familia se sorprende de cómo la gente le sigue, le escucha y espera de él la liberación de todos sus males. Y Jesús crea una nueva familia fundada en la escucha y cumplimiento de su Palabra (cf. Lc 6,47). La segunda parte del Evangelio muestra la maldad de los escribas cuando identifican el bien con el mal, a Jesús con el diablo, cuando el diablo es el que rivaliza con Dios para dominar la creación. El hombre debe elegir entre Dios o el diablo. No hay término medio; debe situarse, en su existencia, en el campo del demonio o en el campo de Dios. Por otra parte, cuando la persona se introduce en cualquiera de las dos esferas, es portadora de sus intereses y recibe de una manera permanente su influencia.

2.- A la acusación de los escribas de que expulsa a los demonios porque pertenece a su esfera, Jesús responde con la obviedad de que un reino no puede estar dividido, pues llevaría consigo su ruina. Entonces, se concluye con esta frase de Jesús: «Pero si yo expulso los demonios con el dedo de Dios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios» (Lc 11,20). El «dedo de Dios» evoca el libro del Éxodo (8,15), cuando el Señor actúa en favor de su pueblo y en contra del Faraón que impide la salida de los israelitas de Egipto. Jesús, como Moisés, es la fuerza de Dios que libera al hombre del dominio del mal. Su actuación demuestra que el Reino ha llegado a vosotros, a los que perciben en su vida la libertad y la salud, o son testigos de que esto está sucediendo. La cercanía de Dios es tal que se muestra como un Rey cuya llegada a la historia libera del poder del mal y, a la vez, vence al enemigo más encarnizado del hombre, porque este, por sí mismo, no puede desligarse de quien lo tiene atrapado entre sus cuerdas. Es necesario atar al que es más fuerte que el hombre, vencer al que es más poderoso. Es lo que hace Jesús con sus exorcismos.

3.- Como el poder diabólico puede con nosotros, le pedimos al Señor en el Padrenuestro que no nos deje caer en la tentación, como aconseja Jesús a sus discípulos en la oración en el huerto antes de la pasión: «Velad y orad…» (cf. Mc 14,38), tentación que él mismo ha sufrido en el desierto antes de proclamar la venida del Reino (cf. Mc 1,12-13). También le pedimos al Señor que nos ayude para salir de ella, o para vencerla: «Simón, Simón, Satanás os ha reclamado para cribaros como trigo. Pero yo he pedido por ti para que no pierdas la fe» (Lc 22,31-32). En cualquier caso, estas tentaciones van más allá de la pequeñas pruebas cotidianas que suceden con frecuencia. Son las tentaciones que sufre Jesús, y que se dirigen a apartarnos de la relación con Dios y romper el sentido de vida cristiano, dejándonos al arbitrio del egoísmo e intereses de los demás.

Fray Francisco Martínez Fresneda ofm  [https://familiafranciscana.com/2018]

 3. Contemplación

El esclavo de Nueva Orleans

S celebraba una subasta de esclavos en Nueva Orleans. Dos granjeros pujaban por un esclavo negro que no dejaba de gritar su rebeldía. Se rebelaba contra el sistema, contra los trabajos, contra sus compañeros, y, sobre todo, contra sus amos: no había derecho a que una persona, por más digna que fuese, pudiese dominar su vida, su existencia, su cuerpo y su alma. Finalmente, uno de los granjeros, pujó más de lo que se podía llegar a pensar. El esclavo quedó extrañado de lo que, según ese amo, valía para él. En ese momento, calló y no volvió a decir nada.

El amo lo subió a su carreta y se dirigió a la granja. Aquel hombre esclavo que había vociferado todo lo que le había venido en gana, no abría la boca. Cuando llegaron a la plantación, el granjero lo bajó. Él se cubrió la cara pensando que iba a azotarle. Sin embargo, sintió que el amo le soltaba las ataduras de sus manos y, quitándose las manos de la cara, pudo ver que el amo se agachaba ante él, para soltarle los grillos de los pies. El amo le dijo: «Eres libre de marcharte. Ya no eres mi esclavo. Te he comprado con el fin de darte la libertad».

El hombre cayó de rodillas delante del amo y le dijo: «Dueño, te serviré siempre».

Selección de Fray Francisco Arias Marcelo, OFM [Fraternidad de Mérida]

 Agenda del Santuario

 La Oficina de Información del Real Monasterio comunica que a la Misa del Domingo, 10 de junio (12.00 de la mañana), acudirán muchos devotos de toda España a honrar a la Madre del Señor manifestada en Guadalupe. La Comunidad franciscana desea a todos una agradable estancia entre nosotros. Conviene, no obstante, que las peregrinaciones que deseen celebrar en la basílica o en la cripta del camarín,  reserven día y hora por correo electrónico: comunidad@monasterioguadalupe.com

Horario de Misas en la Basílica de Guadalupe

  • Días laborables: 12:00 (Misa de Peregrinos) y 20:00.
  • Domingos y días de precepto: 11:00, 12:00 (Misa de Peregrinos), 13:00 y 20:00.
  1. Antes de la misa diaria de Peregrinos y de todas las misas de domingos y festivos encontrará confesores disponibles.
  2. Todos los días del año se reza el Ángelus o Regina Coeli, y media hora antes de la misa vespertina, el Rosario Mariano.
  3. Todos los jueves del curso pastoral, media hora antes de la misa vespertina, la Comunidad y los demás fieles tiene adoración eucarística y rezo de Vísperas.
 

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