Amor en llamas

[Oficina de Servicios Pastorales del Real Monasterio]

50 días de Pascua

Catequesis o sentido de la celebración

¿Qué es el Tiempo pascual? La celebración de la Pascua se continúa durante el tiempo pascual. Los cincuenta días que van del domingo de Resurrección al domingo de Pentecostés se celebran con alegría, como un solo día festivo, más aún, como el «gran domingo».

¿Cuándo termina? El domingo de Pentecostés concluye este sagrado período de cincuenta días con la conmemoración de la donación del Espíritu Santo derramados sobre los apóstoles, el comienzo de la Iglesia y el inicio de su misión a todos los pueblos, razas y naciones. Se recomienda la celebración prolongada de la Misa de la Vigilia de Pentecostés, que no tiene un carácter bautismal como la Vigilia de Pascua, sino más bien de oración intensa según el ejemplo de los apóstoles y discípulos, que perseveraban unánimemente en la plegaria juntos con María, la Madre de Jesús, esperando el don del Espíritu Santo.

[CPFP. Congregación para el Culto divino, 1988, nº- 100. 102-104. 107]

El color litúrgico de este día es el ROJO.

1. Lecturas del VIII Domingo de Pascua: Pentecostés

[Año B: Hechos de los apóstoles 2, 1-11; 1Corintios 12, 3b-7. 12-13; Juan20, 19-23]

Apóstol: «Nadie puede decir: «Jesús es Señor», si no es bajo la acción del Espíritu Santo. Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común».

Evangelio: «Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:–»Paz a vosotros.» Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: –»Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.» Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:–»Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»».

2. Meditación

1.- Cuentan los Hechos de los Apóstoles que los discípulos de Jesús estaban reunidos en Jerusalén junto a María, la madre del Señor, y unas cuantas mujeres (1,13-14); y también relatan los Hechos que hay otra reunión con ciento veinte hermanos cuando Pedro propone elegir al que debe sustituir a Judas (1,15). Sea en una ocasión o en la otra sucede que: «De repente […] se llenaron todos del Espíritu Santo…» (2,2-4). Se cumple una promesa de Jesús resucitado: «Yo os envío lo que el Padre prometió. Vosotros quedaos en la ciudad hasta que desde el cielo os revistan de fuerza» (Lc 24,49). La situación en la que se encuentran los protagonistas es de apertura personal al Señor; están en oración; y en medio de la relación concreta con el Señor, él les envía el Espíritu (Lc 3,22) para llevar a cabo una misión; Jesús recibe el Espíritu en Nazaret, ante su pueblo, cuando estaba proclamando el año de gracia del Señor (Lc 4,19); los discípulos lo reciben en Jerusalén, y ante judíos y prosélitos pertenecientes a muchos países (Hech 2,24); es una primera demostración de que su misión es para Israel, la primera Iglesia; más tarde, Pedro la abrirá a todas las gentes (Lc 10,44-48) para mostrar la dimensión universal del Evangelio una vez que Dios Padre ha resucitado a Jesús; en ambos acontecimientos, fruto de dos promesas del AT (Lc 4,18: Is 61,1-2; Hech 2,17-18: Jl 3,1-5), el Señor se asegura la obediencia radical de toda la creación a su voluntad salvadora. Ni Jesús ni la Iglesia son independientes; pertenecen a Dios Padre y son enviados por Él para salvar a todos los pueblos. El Espíritu es el que asegura la unión con Dios y la transmisión de su voluntad.

2.- El evangelio que se lee hoy dice que el Resucitado envía a sus discípulos al mundo, donándoles su Espíritu. Entonces, el Espíritu, como principio de la vida (Jn 6,63), sigue recreando la humanidad, después de la misión de Jesús, por la acción de sus discípulos. El creyente pasa de la muerte a la vida gracias al Espíritu, y con el Espíritu no puede ya morir  (Jn 5,54). El Espíritu del Padre y de Cristo es el que comienza a darle solidez a las instituciones que cobijan a los nuevos seguidores de Jesús: «Gracias a él, el cuerpo entero trabado y unido por la prestación de las junturas y por el ejercicio propio de la función de cada miembro, va creciendo y construyéndose en el amor» (Flp 4,16). Y el cuerpo crece por medio de la acción del Espíritu (Hech 2,1.17-18) y del bautismo que administran los discípulos de Jesús como una de las misiones fundamentales que les había dado antes de ascender a la gloria divina (Mt 28,19). A todos los nuevos cristianos los hace Dios morada del Espíritu y les hace experimentar y llamarle «Abba» (Rom 8,15) y a su Hijo ser el Señor: «Como el cuerpo, siendo uno, tiene muchos miembros, y los miembros, siendo muchos, forman un solo cuerpo, así es Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, nos hemos bautizado en un solo Espíritu para formar un solo cuerpo y hemos absorbido un solo Espíritu» (1Cor 12,12-13). Y esto es lo que da cohesión y unidad a la comunidad (Hech 2,1).

3.- La acción del Espíritu en la comunidad cristiana y en cada bautizado les confiere una vida nueva al constituirse en su «templo»: «¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguien destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios, que sois vosotros, es sagrado» (1Cor 3,16-17). Esto lleva consigo que ya no nos pertenecemos a nosotros mismos, sino a Dios según la imagen de su hijo Jesucristo: «… consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús» (Rom 6,11)»; o como Pablo dice de sí mismo: «… y ya no vivo yo, sino que vive Cristo en mí. Y mientras vivo en carne mortal, vivo de la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí» (Gál 2,20). Nace un nuevo sentido de vida que deriva en actitudes y actos que expresan el amor de Dios manifestado en Cristo y realizado en nosotros por el Espíritu. El Espíritu es quien inicia y desarrolla la vida nueva del cristiano consagrado a Dios por el Bautismo.

Fray Francisco Martínez Fresneda ofm  [https://familiafranciscana.com/2018]

 3. Contemplación

 

Los Espejos rotos

Un día, descubrió Satanás un modo de divertirse. Inventó un espejo con una propiedad mágica: en él se veía feo y mezquino todo cuanto era bueno y hermoso y, en cambio, se veía grande y detallado todo lo que era feo y malo. Satanás iba por todas partes con su espejo. Y cuantos se miraban en él se horrorizaban: todo aparecía monstruoso. Un día le pareció tan delicioso el espectáculo que se desternilló de risa y el espejo se le fue de las manos, partiéndose en millones de pedazos. Un huracán, potente y perverso, desperdigó por el mundo los trozos del espejo. Algunos trozos eran muy pequeños y penetraron en los ojos de muchas personas. Comenzaron a verlo todo al revés: sólo percibían la maldad por todas partes.

Cuando Dios se dio cuenta, se entristeció, y decidió ayudar a los hombres. Se dijo: «Enviaré al mundo a mi Hijo. Él es mi espejo, el reflejo de mi bondad, de mi justicia y de mi amor. Refleja al hombre como yo lo he pensado y querido». Y Jesús vino como un espejo del Padre para los hombres. Quien se miraba en él descubría la bondad y hermosura, y aprendía a distinguirlas del egoísmo, la mentira y la injusticia. Muchos amaban este espejo y siguieron a Jesús. Otros, en cambio, decidieron romperlo. Y lo asesinaron. Pero se levantó un huracán: el Espíritu Santo. Arrastró los fragmentos por todo el mundo. El que recibe una mínima centella de este espejo empieza ver el mundo y las personas como las veía Jesús: las cosas buenas y hermosas, la justicia y la generosidad, la alegría y la esperanza; mas la maldad y la injusticia aparecen como vencibles y cambiables.   [Bruno Ferrero]

Selección de Fray Francisco Arias Marcelo, OFM [Fraternidad de Mérida]

 Agenda del Santuario

 La Oficina de Información del Real Monasterio comunica que a la Misa del Domingo de Pentecostés, 20 de mayo (12.00 de la mañana), acudirán muchos devotos de toda España a honrar a la Madre del Señor manifestada en Guadalupe. La Comunidad franciscana desea a todos una agradable estancia entre nosotros. Conviene, no obstante, que las peregrinaciones que deseen celebrar en la basílica o en la cripta del camarín,  reserven día y hora por correo electrónico: comunidad@monasterioguadalupe.com

Horario de Misas en la Basílica de Guadalupe

  • Días laborables: 12:00 (Misa de Peregrinos) y 20:00.
  • Domingos y días de precepto: 11:00, 12:00 (Misa de Peregrinos), 13:00 y 20:00.
  1. Antes de la misa diaria de Peregrinos y de todas las misas de domingos y festivos encontrará confesores disponibles.
  2. Todos los días del año se reza el Ángelus o Regina Coeli, y media hora antes de la misa vespertina, el Rosario Mariano.
  3. Todos los jueves del curso pastoral, media hora antes de la misa vespertina, la Comunidad y los demás fieles tiene adoración eucarística y rezo de Vísperas.
 

Rezar el Rosario por los barrios

A las 6 de la tarde de los sábados de mayo, la Asociación de Damas de Santa María de Guadalupe ha decidido rezar el Rosario en los barrios de la villa. Este es el programa:
Sábado 5 de mayo: Plaza de san Francisco
Sábado 12 de mayo: Plaza de la Corredera
Sábado 19 de mayo: Plaza de los Tres Chorros
Sábado 26 de mayo: Calle de la Pasión  
 
 

Pida un ejemplar gratuito y suscríbase a esta revista de la Virgen, decana de la prensa extremeña. Son cinco números al año y almanaque de pared (tamaño folio, portadas y 40 páginas en papel satinado a todo color): 19 €. Suscríbase ahora mismo en  guadalupe.mcs1916@gmail.com o Revista Guadalupe  Real Monasterio s/n  10140 GUADALUPE (Cáceres)

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Por todos los caminos

[Oficina de Servicios Pastorales del Real Monasterio]

50 días de Pascua

Catequesis o sentido de la celebración

¿Qué es el Tiempo pascual? La celebración de la Pascua se continúa durante el tiempo pascual. Los cincuenta días que van del domingo de Resurrección al domingo de Pentecostés se celebran con alegría, como un solo día festivo, más aún, como el «gran domingo».

Sacramentos pascuales. Para aquellos adultos que han recibido la iniciación cristiana durante la Vigilia pascual, este tiempo ha de considerarse como un tiempo de «mistagogia». En todas partes, además, durante la octava de Pascua hágase memoria en la plegaria eucarística de los que han recibido el bautismo en la Vigilia pascual.

Los neófitos [o recién bautizados] tengan reservado un lugar especial entre los fieles durante todo el tiempo pascual, en las Misas dominicales. Los neófitos procuren participar en las Misas junto con sus padrinos. En la homilía y, en cuanto sea posible, en la plegaria universal o de los fieles, hágase mención de ellos. […]. Es muy conveniente que los niños reciban su primera comunión en estos domingos pascuales.

 Los pastores han de recordar y explicar a los fieles durante el tiempo pascual el sentido del precepto de la Iglesia de recibir la Eucaristía en este tiempo a los cristianos que ya han hecho la primera comunión. Se encarece que durante este tiempo, y especialmente durante la semana de Pascua, se lleve la comunión a los enfermos.

¿Cuándo termina? El domingo de Pentecostés concluye este sagrado período de cincuenta días con la conmemoración de la donación del Espíritu Santo derramados sobre los apóstoles, el comienzo de la Iglesia y el inicio de su misión a todos los pueblos, razas y naciones. Se recomienda la celebración prolongada de la Misa de la Vigilia de Pentecostés, que no tiene un carácter bautismal como la Vigilia de Pascua, sino más bien de oración intensa según el ejemplo de los apóstoles y discípulos, que perseveraban unánimemente en la plegaria juntos con María, la Madre de Jesús, esperando el don del Espíritu Santo.

[CPFP. Congregación para el Culto divino, 1988, nº- 100. 102-104. 107]

El color litúrgico de este día y tiempo es el BLANCO.

1. Lecturas del VII Domingo de Pascua: Ascensión

[Año B: Hechos de los apóstoles 1, 1-11; Efesios 1, 17-23; Marcos 16, 15-20]

Apóstol: «El Padre de la gloria os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos y cual la extraordinaria grandeza de su poder para nosotros, los que creemos, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo».

Evangelio: «En aquel tiempo se apareció Jesús a los Once, y les dijo: –Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. El Señor Jesús, después de hablarles, ascendió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba la Palabra con los signos que los acompañaban».

2. Meditación

1.- Jesús entra en la gloria del Padre y termina la misión de amor y amor salvador y misericordioso que le ha mandado el Padre (cf. Jn 1,14). El Logos se encarna, el Hijo es enviado para que se recupere la dignidad de los hombres y el sentido que tuvo la creación, como promesa y objetivo, al principio del tiempo.  Ahora le toca a los discípulos continuar con el «Alegre Mensaje», con la «Buena Noticia». Y Jesús les manda a toda la creación (Mc 13,10). Israel ya no tiene la prioridad de la evangelización y la salvación. Ésta está ahora vinculada a los que crean en el mensaje de Jesús y a los que se bauticen y es ofrecida a todos los hombres. Las señales que acompañan la predicación de los discípulos son lo que sigue a su testimonio de vida y a su palabra: el mal retrocede, o se enquista ante el bien, la esclavitud cede ante la libertad y dignidad humana, la mentira es superada por la verdad. Y esto es el comienzo de un camino que seguimos andando hoy.

2.-  Jesús, antes de adentrarse en la gloria divina, manda a los discípulos que vayan a todas las culturas para proclamar la salvación universal, porque el Dios, que ha vivido y proclamado, es de todos. No es sólo de los judíos, o de los cristianos, o de los musulmanes, o de cualquier otra religión o credo. Dios es de todos, y todos merecen conocerlo y salvarse. De ahí que la identidad de Jesús, la Persona divina del Logos encarnada, siempre la hayan comprendido los cristianos como el hombre universal. Pero no es el hombre universal diseñado en los libros o descrito en las ideologías, o definido en las teologías, sino es universal porque ha vivido lo que todos experimentamos como gozo y dolor, como amor y cruz. Y él convierte esa experiencia en amor crucificado, capaz de orientar la vida hacia los objetivos de su plenitud y felicidad. Por eso tiene la Iglesia el sagrado deber de hacer discípulos en todos los pueblos; de dar a conocer a aquél que es la fuente de la felicidad y el gozo.

3.- Los discípulos de Jesús debemos ser conscientes de que no estamos solos en la misión de hacer presente el Reino que él predicó e inició con su presencia en Galilea. Jesús nos acompañará todos los días de nuestra vida. Él con el Espíritu suyo y del Padre harán que veamos en la naturaleza creada el vestigio de su vida, porque «todas las cosas fueron creadas por él y para él» (Col 1,16). Jesús promete: «Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt 18,20). Está presente especialmente cuando la comunidad cristiana escucha su Palabra (cf. Lc 24,32) y celebra la Eucaristía: «Y, tomando pan, después de pronunciar la acción de gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: “Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía”. Después de cenar, hizo lo mismo con el cáliz, diciendo: “Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros” (Mc 14,19-20). Y nunca los cristianos podemos olvidar dónde vive especialmente Jesús, porque en ello nos va la salvación: «Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme”… “En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis”» (Mt 25,34-40).

Fray Francisco Martínez Fresneda ofm  [https://familiafranciscana.com/2018]

 3. Contemplación

Gusanos y mariposas

Una vez iba una oruga paseando por la rugosa superficie de un tronco. La vio una mariposa y, posándose ante ella, le dijo:– Hola, hermana del pasado. ¿Por casualidad sabes tú que vendrán en el futuro días en que, abandonando esa envoltura terrena, te hagas voladora como yo y asciendas hacia el cielo? Y la oruga le dijo:– Sí. Eso es lo que me enseñaron mis padres y a ellos les enseñaron mis abuelos. Decían que después de ésta hay otra vida donde podemos liberarnos de las cadenas de la tierra y ascender alados a nuevos lugares. Mas yo no lo creo, y aunque en mis días y en mis noches pienso que camino hacia algo, mi imaginación se para aquí donde adoro el latido de la savia y el palpitar de las hojas cuando me acarician los pies”.

Entonces la mariposa se fue hacia arriba y desapareció. Pasaron varios días, que fueron años para la oruga, y ésta notó que le llegaba su final. Se fue hacia una rama saliente de pino y, cuando se ponía el sol, hizo su tumba de seda, acostándose para esperar la venida de la muerte.

Pero cuando llegó la primavera, sintió vida en su interior, abrió un agujero en el capullo, extendió sus alas y rauda se ensimismó en el aire y dio sus primeros aleteos hacia el sol de la mañana. Cuando volaba, vio una oruga que subía trabajosamente por un tronco. Entonces, posándose delante de ella, le dijo:– Hola, hermana del pasado. ¿Sabes que vendrán días…?

[Cayetano Arroyo]

Selección de Fray Francisco Arias Marcelo, OFM [Fraternidad de Mérida]

 Agenda del Santuario

 La Oficina de Información del Real Monasterio comunica que a la Misa del Domingo de Pascua, 13 de mayo (12.00 de la mañana), acudirán muchos devotos de toda España a honrar a la Madre del Señor manifestada en Guadalupe. La Comunidad franciscana desea a todos una agradable estancia entre nosotros. Conviene, no obstante, que las peregrinaciones que deseen celebrar en la basílica o en la cripta del camarín,  reserven día y hora por correo electrónico: comunidad@monasterioguadalupe.com

Horario de Misas en la Basílica de Guadalupe

  • Días laborables: 12:00 (Misa de Peregrinos) y 20:00.
  • Domingos y días de precepto: 11:00, 12:00 (Misa de Peregrinos), 13:00 y 20:00.
  1. Antes de la misa diaria de Peregrinos y de todas las misas de domingos y festivos encontrará confesores disponibles.
  2. Todos los días del año se reza el Ángelus o Regina Coeli, y media hora antes de la misa vespertina, el Rosario Mariano.
  3. Todos los jueves del curso pastoral, media hora antes de la misa vespertina, la Comunidad y los demás fieles tiene adoración eucarística y rezo de Vísperas.
 

Rezar el Rosario por los barrios

A las 6 de la tarde de los sábados de mayo, la Asociación de Damas de Santa María de Guadalupe ha decidido rezar el Rosario en los barrios de la villa. Este es el programa:
Sábado 5 de mayo: Plaza de san Francisco
Sábado 12 de mayo: Plaza de la Corredera
Sábado 20 de mayo: Plaza de los Tres Chorros
Sábado 26 de mayo: Calle de la Pasión  
 
 

Pida un ejemplar gratuito y suscríbase a esta revista de la Virgen, decana de la prensa extremeña. Son cinco números al año y almanaque de pared (tamaño folio, portadas y 40 páginas en papel satinado a todo color): 19 €. Suscríbase ahora mismo en  guadalupe.mcs1916@gmail.com o Revista Guadalupe  Real Monasterio s/n  10140 GUADALUPE (Cáceres)

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Amor del suyo

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50 días de Pascua

Catequesis o sentido de la celebración

¿Qué es el Tiempo pascual? La celebración de la Pascua se continúa durante el tiempo pascual. Los cincuenta días que van del domingo de Resurrección al domingo de Pentecostés se celebran con alegría, como un solo día festivo, más aún, como el «gran domingo».

Sacramentos pascuales. Para aquellos adultos que han recibido la iniciación cristiana durante la Vigilia pascual, este tiempo ha de considerarse como un tiempo de «mistagogia». En todas partes, además, durante la octava de Pascua hágase memoria en la plegaria eucarística de los que han recibido el bautismo en la Vigilia pascual.

Los neófitos [o recién bautizados] tengan reservado un lugar especial entre los fieles durante todo el tiempo pascual, en las Misas dominicales. Los neófitos procuren participar en las Misas junto con sus padrinos. En la homilía y, en cuanto sea posible, en la plegaria universal o de los fieles, hágase mención de ellos. […]. Es muy conveniente que los niños reciban su primera comunión en estos domingos pascuales.

 Los pastores han de recordar y explicar a los fieles durante el tiempo pascual el sentido del precepto de la Iglesia de recibir la Eucaristía en este tiempo a los cristianos que ya han hecho la primera comunión. Se encarece que durante este tiempo, y especialmente durante la semana de Pascua, se lleve la comunión a los enfermos.

¿Cuándo termina? El domingo de Pentecostés concluye este sagrado período de cincuenta días con la conmemoración de la donación del Espíritu Santo derramados sobre los apóstoles, el comienzo de la Iglesia y el inicio de su misión a todos los pueblos, razas y naciones. Se recomienda la celebración prolongada de la Misa de la Vigilia de Pentecostés, que no tiene un carácter bautismal como la Vigilia de Pascua, sino más bien de oración intensa según el ejemplo de los apóstoles y discípulos, que perseveraban unánimemente en la plegaria juntos con María, la Madre de Jesús, esperando el don del Espíritu Santo.

[CPFP. Congregación para el Culto divino, 1988, nº- 100. 102-104. 107]

El color litúrgico de este día y tiempo es el BLANCO.

1. Lecturas del VI Domingo de Pascua

[Año B: Hechos de los apóstoles 10, 25-26. 34-35. 44-48; 1 Juan 4, 7-10; Juan 15, 9-17 ]

Apóstol: «Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios mandó al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo, como propiciación por nuestros pecados».

Evangelio: «No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido; y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre, os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros».

2. Meditación

1.- El Evangelio de Juan mantiene la actitud de Jesús sobre el amor, que escriben los Sinópticos (cf Mc 12,30par). Jesús reza la oración de la Shemá, que recita dos veces al día, oración que recuerda que Dios está por encima de todas las tareas que ocupan el día; y añade que hay que amar al prójimo como a sí mismo. Pero el amor de Jesús a Dios es una relación filial con el Padre, no es la de una criatura con su Creador,  y el Padre es Padre de todos los hombres, lo que convierte la relación con sus discípulos y con todos los hombres en una relación fraterna, relación de hermanos.

2.-La relación filial con el Padre y fraterna con todos la manda Jesús como la mayor prueba que puede exhibir la comunidad cristiana ante todo el mundo. Jesús ha dado ejemplo de ello al lavar los pies a los discípulos (cf Jn 13),  al vivir sirviendo a todos los que necesitaban amor para continuar esperando en Dios y en la vida humana, al morir amando y perdonando. Y esto es lo que les manda a los discípulos, y de una forma muy explícita. La regla del amor, como la del perdón, es que se amen como él les ha amado; como él nos ha amado: hasta morir, es decir, hasta entregar lo más preciado que tiene un hombre o una mujer: su vida.

3.- El programa evangélico que Jesús establece y que se enraíza en Dios supone interiorizar por medio de la plegaria el amor a todos; en este aspecto se contesta al mal con el bien y se desacelera la potencia de la violencia, se abre sin límites el servicio del amor, no reduciéndolo al ámbito sectario de la raza, la amistad y la familia; por último, invita Jesús, si es necesario, a ofrecer la vida por los demás (cf Jn 15,13). Se pasa de amar al prójimo como a sí mismo al don de sí mismo a todos, en el que se contempla el sacrificio extremo que envuelve el amor: «Quien se aferre a la vida la perderá, quien la pierda por mí la encontrará» (Mc 8,35par). Es la única manera de adquirir el estatuto de ser hijos de Dios, porque, con esta actitud, se alcanza la dimensión divina que entraña el amor universal: «… y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno con los desagradecidos y los perversos» (Lc 6,35).

Fray Francisco Martínez Fresneda ofm  [https://familiafranciscana.com/2018]

 3. Contemplación

El anciano a su nivel

Juan es un estudiante universitario. No viste muy bien: deportivas, despeinado, vaqueros rotos. Es brillante… pero callado. Frente a la universidad hay una iglesia de gente refinada. Tienen deseos de poder evangelizar a los jóvenes estudiantes, mas, no saben cómo hacerlo.

Un buen día, Juan decide ir a dicha iglesia. La misa ha comenzado; camina por el pasillo en busca de un lugar para sentarse, pero no halla lugar. Juan se acerca al altar y se sienta en el piso alfombrado, apropiado en la universidad, pero aquí… ¡Hay tensión en el ambiente… la gente está incómoda! De pronto, el bien vestido, anciano y canoso diácono se encamina lentamente hacia Juan. Es un hombre piadoso, culto y refinado. Mientras camina hacia Juan, la gente piensa dentro de sí: «No podemos culparle por lo que va hacer. Después de todo, es de esperar que un anciano reprenda a un joven, y mucho más, sentado así, en el piso». Su bastón va sonando mientras camina. El silencio es absoluto. Ni siquiera se oye el respirar de los presentes. Llegado donde está sentado Juan, el anciano diácono suelta su bastón en el suelo y, con dificultad, se sienta en el piso junto a Juan para, junto a éste, adorar a Dios. La emoción no tarda en embargar a todos los presentes.

Cuando el sacerdote logra calmar sus propias emociones, les dice a los presentes:– «Lo que les iba a predicar, tal vez, lo olvidarían; mas, lo que acaban de ver, jamás lo olvidarán. Tengan sumo cuidado con la manera en que viven. Podría ser que ustedes sean la única Biblia que algunas personas alcancen a leer.

Selección de Fray Francisco Arias Marcelo, OFM.  [Fraternidad de Mérida]

 Agenda del Santuario

 La Oficina de Información del Real Monasterio comunica que a la Misa del Domingo de Pascua, 6 de mayo (12.00 de la mañana), acudirán muchos devotos de toda España a honrar a la Madre del Señor manifestada en Guadalupe. La Comunidad franciscana desea a todos una agradable estancia entre nosotros. Conviene, no obstante, que las peregrinaciones que deseen celebrar en la basílica o en la cripta del camarín,  reserven día y hora por correo electrónico: comunidad@monasterioguadalupe.com

Horario de Misas en la Basílica de Guadalupe

  • Días laborables: 12:00 (Misa de Peregrinos) y 20:00.
  • Domingos y días de precepto: 11:00, 12:00 (Misa de Peregrinos), 13:00 y 20:00.
  1. Antes de la misa diaria de Peregrinos y de todas las misas de domingos y festivos encontrará confesores disponibles.
  2. Todos los días del año se reza el Ángelus o Regina Coeli, y media hora antes de la misa vespertina, el Rosario Mariano.
  3. Todos los jueves del curso pastoral, media hora antes de la misa vespertina, la Comunidad y los demás fieles tiene adoración eucarística y rezo de Vísperas.
 

Rezar el Rosario por los barrios

A las 6 de la tarde de los sábados de mayo, la Asociación de Damas de Santa María de Guadalupe ha decidido rezar el Rosario en los barrios de la villa. Este es el programa:
Sábado 5 de mayo: Plaza de san Francisco
Sábado 12 de mayo: Plaza de la Corredera
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