Evangelio y Reflexión del día. Por Fray Manuel Díaz Buiza

Se llamará Juan

Lucas (1,57-66)Evangelio según san Lucas (1,57-66)

A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella.
A los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre intervino diciendo:
«¡No! Se va a llamar Juan».
Y le dijeron:
«Ninguno de tus parientes se llama así».
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre». Y todos se quedaron maravillados.
Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y se comentaban todos estos hechos por toda la montaña de Judea. Y todos los que los oían reflexionaban diciendo:
«Pues ¿qué será este niño?»
Porque la mano del Señor estaba con él.
Palabra del Señor

A los ocho días de nacer, Isabel y Zacarías, presentaron a su hijo en el templo para circuncidarlo y ponerle un nombre. Según la tradición, la imposición del nombre es privilegio del padre que para perpetuar su nombre, asegurar el linaje y ser sacerdote como él, se llamaría igual que su padre: Zacarías. Su nombre garantizaría su porvenir.
En cambio, ¡se llamará Juan! ¡Dios se compadece!
Su nombre ya no significará un linaje, sino un futuro inesperado, llamado por la gracia llevará el nombre de la gracia.
Dios no es nada del pasado sino que abre futuro.
Con Juan nace un mundo nuevo, será el precursor de la gracia, que invitará a los hombres a superarse para ir al encuentro de la aventura. Viene Dios, «viene a visitarnos el Sol que nace de lo alto» para renovar todas las cosas.
Que seamos capaces en ver en este niño-Dios la aurora de un futuro nuevo. Que en El Niño-Dios te encuentres con lo mejor de Dios: su amor, su ternura y su firme propósito de hacerte feliz, pues para eso ha nacido Dios para recuperar el camino perdido, el camino de vuelta a casa, de vuelta a Dios. El camino de la verdadera felicidad.

¡Paz y Bien!

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