Evangelio y Reflexión del día. Por Fray Manuel Díaz Buiza

¡Guiados por su Espíritu de amor!

Mateo (5,1-12)Evangelio según san Mateo (5,1-12)

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: «Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.»
Palabra del Señor

El primer discurso de Jesús al pueblo, en el Evangelio de Mateo, son las Bienaventuranzas. Y es que el programa de vida cristiana no podía empezar de otra manera sino como una llamada a la dicha ocho veces repetidas. Las Bienavebturanzas invitan a descubrir, en el fondo de las situaciones exteriormente menos desfavorables una plenitud de vida.
Ya todo es distinto y la alegría está asegurada pues Dios ha intervenido en la historia, y desde entonces, el hombre no nace ya en un mundo hostil, sino en un mundo traspasado por una promesa: ¡somos eternos!
Conocemos “los dramas del mundo”, sus angustias, su proyectos, sus fracasos, sus enfrentamientos y dificultades: Los “coronavirus” no solo biológicos, sino también los sociales, culturales y políticos Pero somos dichosos, pues sabemos que Dios teje la tela de su gracia a través de esta traba de enfrentamientos dolorosos.
El tiempo en que vivimos forma parte de una eternidad que Dios tiene bajo su mano ¡Guiado por su Espíritu de amor! Dichosos los locos de Dios que aceptan poner el mundo boca abajo y hacen de las Bienaventuranzas una fuerza de cambio.

¡Paz y Bien!

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