Evangelio y Reflexión del día

Evangelio según san Lucas (6,1-5)

 Un sábado, Jesús atravesaba un sembrado; sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas con las manos, se comían el grano. Unos fariseos les preguntaron: «¿Por qué hacéis en sábado lo que no está permitido?»
Jesús les replicó: «¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y sus hombres sintieron hambre? Entró en la casa de Dios, tomó los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, comió él y les dio a sus compañeros.»
Y añadió: «El Hijo del hombre es señor del sábado.»
Palabra del Señor

Increíble inversión de la fe la que trae Jesús que en vez de levantar una barrera entre el mundo de la tierra y el de Dios; de lo profano y sagrado («¿Por qué hacéis lo que no está permitido en sábado?») santifica la condición mundana del hombre («El Hijo del hombre es Señor del sábado!»). Es la nueva dialéctica que trae Jesús y que pone en evidencia la dialéctica rancia de los fariseos instalados en lo secundario y en lo exterior frente a lo esencial y a la pureza de corazón que propone Jesús.
Entrar en contacto con Dios no exige ya que salgamos de nuestra condición de hombres, pues Dios ha entrado en la historia haciéndose palabra de hombre. Es la novedad que trae Cristo, el Esposo que ha venido para quedarse y alegrar nuestro corazón.

¡Paz y Bien!

Fr. Manuel Díaz Buiza, OFM

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