Reflexión del Evangelio de hoy
Esta familia de Nazaret aparece como un modelo amable de muchas virtudes que deberían copiar las familias cristianas: la mutua acogida y comprensión, la comunión perfecta, la fe en Dios, la capacidad de silencio y oración, la fortaleza ante las dificultades, el cumplimiento de las leyes sociales y de la voluntad de Dios, el acompañamiento en el crecimiento humano y creyente de los hijos.
La fiesta de hoy no nos da soluciones técnicas para la vida familiar o social, pero nos ofrece las claves más profundas, humanas y cristianas, de esta convivencia. Habrán cambiado las condiciones sociales y el modo de relacionarse padres e hijos en comparación con las que describían los libros del AT o las cartas de Pablo. Ahora, por ejemplo, se tienen mucho más en cuenta los derechos de cada persona, y el papel de la mujer, como esposa y madre, es muy diferente del de hace siglos. Pero los principios y los valores principales siguen ahí: el respeto, el amor, la solidaridad, la tolerancia y la ayuda mutua.
Fr. Antonio Majeesh George Kallely, OFM
¡Paz y bien!