VIRGEN DE GUADALUPE, DE EXTREMADURA PATRONA Y REINA DE HISPANIDAD
Archivos
- octubre 2024
- agosto 2024
- marzo 2024
- febrero 2024
- octubre 2023
- septiembre 2023
- agosto 2023
- junio 2023
- mayo 2023
- julio 2022
- abril 2022
- marzo 2022
- febrero 2022
- enero 2022
- diciembre 2021
- noviembre 2021
- octubre 2021
- septiembre 2021
- julio 2021
- junio 2021
- mayo 2021
- abril 2021
- marzo 2021
- febrero 2021
- enero 2021
- diciembre 2020
- noviembre 2020
- octubre 2020
- septiembre 2020
- agosto 2020
- julio 2020
- julio 2018
- junio 2018
- mayo 2018
- abril 2018
- marzo 2018
- febrero 2018
Reflexión diaria del Evangelio | Lunes, 28 de febrero de 2022 | Fr. Antonio Majeesh Kallely, OFM
Publicado en REFLEXIÓN Y MEDITACIÓN DEL EVANGELIO
Comentarios desactivados en Reflexión diaria del Evangelio | Lunes, 28 de febrero de 2022 | Fr. Antonio Majeesh Kallely, OFM
Evangelio y Reflexión del día. Por Fray Manuel Díaz Buiza
Jesús: nuestra riqueza
Evangelio según san Marcos (10,17-27)
En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó:
«Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?».
Jesús le contestó:
«Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre».
Él replicó:
«Maestro, todo eso lo he cumplido desde mi juventud».
Jesús se quedó mirándolo, lo amó y le dijo:
«Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, y luego ven y sígueme».
A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó triste porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos:
«¿Qué difícil les será entrar en el reino de Dios a los que tienen riquezas!».
Los discípulos quedaron sorprendidos de estas palabras. Pero Jesús añadió:
«Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios».
Ellos se espantaron y comentaban:
«Entonces, ¿quién puede salvarse?».
Jesús se les quedó mirando y les dijo:
«Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo».
Palabra del Señor
El cristiano es alguien que ha descubierto un tesoro que le ha cambiado la vida y le ha producido una alegría honda, contagiosa: ha descubierto el amor, el amor entero y limpio, auténtico y perdurable. Y ese amor a Dios le llena de tal manera el alma, que cualquier cosa que no sea amor ha dejado de interesarle. Ha encontrado otra sabiduría y entonces, “todo lo estimo pérdida, con tal de ganar a Cristo».
El joven rico del Evangelio de hoy, no había descubierto ese tesoro. Cumplía la ley, si, («todo eso lo he cumplido desde pequeño»), por eso estaba en el camino y Jesús lo miró con amor, con cariño. Pero se había quedado en la pura ley, sin dar el paso al amor, todavía pesaba el oro de su corazón hasta el punto que frunció el ceño y se marchó pesaroso. SE QUEDÓ CON SU DINERO, PERO SE LE ESCAPÓ LA ALEGRÍA.
Y claro está, si no se ha descubierto este tesoro, no tiene sentido dejar el dinero y abrazarse a la pobreza. Quien sigue a Jesús no es que se le pida desprenderse del dinero, es mucho más fácil, es que el dinero ha dejado de interesarle.
Otro detalle, el Señor Jesús no le pide al rico joven que tire su dinero o que lo queme, sino que se lo de a los pobres. Y es que el dinero, con valer poco, puede, sin embargo, redimirse, rescatarse, pasar a ser un valor del Reino, un tesoro en el cielo, cuando con él, somos capaces de cambiar en sonrisa el llanto de un hermano, cuando, con él, contribuimos a restablecer en el mundo, si quiera un poquito, el equilibrio de la justicia, de la honesta distribución de unos bienes que Dios hizo para todos. Entonces, sí, el dinero se convierte en “gracia” porque ha pasado a ser expresión de amor. Por eso es fuente de alegría para el que lo recibe y, más todavía, para el que lo da.
¿Cuál es tu riqueza?
¡Paz y Bien!
Publicado en REFLEXIÓN Y MEDITACIÓN DEL EVANGELIO
Comentarios desactivados en Evangelio y Reflexión del día. Por Fray Manuel Díaz Buiza
Evangelio y Reflexión del día. Por Fray Manuel Díaz Buiza
La ley de lo desmesurado: el amor
Evangelio según san Marcos (10,1-12)
En aquel tiempo, Jesús se marchó a Judea y a Transjordania; otra vez se le fue reuniendo gente por el camino, y según costumbre les enseñaba.
Se acercaron unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: «¿Le es licito a un hombre divorciarse de su mujer?»
Él les replicó: «¿Qué os ha mandado Moisés?»
Contestaron: «Moisés permitió divorciarse, dándole a la mujer un acta de repudio.»
Jesús les dijo: «Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación Dios «los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne.» De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.»
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo: «Si uno se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio.»
Palabra del Señor
Los fariseos están muy cerca de desacreditar a Jesús, encerrándolo en la alternativa de «lo permitido y lo prohibido» … Jesús retrocede hasta los orígenes: «al principio de la creación Dios lo creó hombre y mujer. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre». Jesús no discute. Es, y quiere seguir siendo sencillo. Atenerse a la ley y al reglamento es olvidar el impulso de la vida. De lo que se trata es de aproximarse a lo que es la ambición de Dios: el amor es más exigente que cualquier ley.
Para conocer la gran intuición de Dios es preciso retroceder a los comienzos, cuando por ternura, sacó de la tierra al hombre y a la mujer para que correspondieran a su amor.
Para Dios, amar fue, en primer lugar, hablar nuestro lenguaje. Para Dios, amar es mantener la única palabra que nosotros podemos comprender, el lenguaje de la carne, el lenguaje del otro.
Para Dios, amar también fue hacerse vulnerable, pedigüeño: no permaneció en el cielo de su indiferencia. Dios no sólo da, necesita recibir.
Regresar a nuestros orígenes para volver a descubrir la regla de nuestra vida es hacernos vulnerable. El que ama, acepta desear, esperar, pedir,sufrir.
«¿Es lícito?» El Evangelio solamente conoce una ley, la ley de lo desmesurado. Porque Dios siempre ha estado (un poco) loco…. ya desde la primera mañana concibió la idea de amasar la tierra y amar al hombre.
¡Paz y Bien!
Publicado en REFLEXIÓN Y MEDITACIÓN DEL EVANGELIO
Comentarios desactivados en Evangelio y Reflexión del día. Por Fray Manuel Díaz Buiza