Misión Franciscana

Un saludo franciscano a todos, Paz y bien.
En el mundo actual el franciscanismo va más allá de lo que podría ser un simple concepto. El término indica más que unas características determinadas, un estilo determinado, una forma de ser. Como tal se puede hablar de una manera propia de “leer” nuestro mundo, una hermenéutica franciscana. Es ella la que nos da las claves para ver las cosas como las vio San Francisco, pero en el “aquí” y en el “ahora”.
Es esta forma de vida junto con la acción las que configuran nuestra identidad franciscana. La identidad franciscana se nutre de la Palabra en el seno de la Iglesia para el mundo de hoy a todos los hombres. Es por tanto por lo que hermenéutica e identidad necesitan una continua revisión y relectura. La identidad es una suma de nuestra biografía, imagen que tenemos de nosotros mismos y de la que los demás tienen de mí. Todo esto además con un factor esencial: el hombre proyectado hacia un futuro y abierto.
Nuestra identidad tiene que estar cimentada en Cristo, teniendo la experiencia de su encuentro, llegando a tener un conocimiento real de él. Este conociendo es el que nos va transformando interiormente a modo de suscitar en nosotros la pregunta por la vocación y la misión. En San Francisco lo vemos claramente, para él, Jesús es su propia identidad. Este don generoso que ha recibido San Francisco es justamente el carisma que enriquece a la Iglesia y al mundo. El carisma franciscano es extenso y comprende múltiples realidades: vida religiosa, misionera, contemplativa y seglar, etc. La misión franciscana es crear, actuar, desear y ayudar a un mundo lleno de paz, alegría, igualdad y fraternidad.
Fr. Antonio Majeesh George Kallely, OFM.

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