Evangelio y Reflexión del día. Por Fray Manuel Díaz Buiza

¿A qué viene tanto temor?

Juan (6,16-21)Evangelio según san Juan (6,16-21)

Al oscurecer, los discípulos de Jesús bajaron al mar, embarcaron y empezaron la travesía hacia Cafarnaún. Era ya noche cerrada, y todavía Jesús no los había alcanzado; soplaba un viento fuerte, y el lago se iba encrespando. Habían remado unos veinticinco o treinta estadios, cuando vieron a Jesús que se acercaba a la barca, caminando sobre el mar, y se asustaron.
Pero él les dijo:
«Soy yo, no temáis».
Querían recogerlo a bordo, pero la barca tocó tierra en seguida, en el sitio adonde iban.
Palabra del Señor

La historia de los hombres es más a menudo un mar encrespado que un lago tranquilo.
No estamos en tierra firme, el Señor ha querido unir la suerte de todos los que le seguimos a las fuerzas tenebrosas de la historia de los hombres.
Solo después de haber luchado a fondo, temiendo constantemente volcar, los que seguimos al Señor descubrimos que nuestras búsquedas laboriosas estaban ya dirigida por el Espíritu. Únicamente corriendo el riesgo de la Palabra, gustaremos la alegría del encuentro, saborearemos el poder de la Palabra que es capaz de calmar las aguas mas bravías.
La fe no evita los temores de los hombres, tan solo nos garantiza que Dios aparecerá en alguna parte para poder responder a ellos. ¡Estamos en buenas manos!¿A qué viene tanto temor?

¡Paz y Bien!

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