Evangelio y Reflexión del día. Por Fray Manuel Díaz Buiza

Sencillez

Mateo (11,25-27)Evangelio según san Mateo (11,25-27)

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.»
Palabra del Señor

Hoy Jesús ora en voz alta al Padre con esta preciosa bendición: «Te alabo, Padre, Señor del cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se la has dado a conocer a los sencillos».
Jesús sabe que sólo un corazón de niño puede acceder al amor verdadero, a la fe. Sólo un corazón sin doblez, trasparente, puede reconocer a Dios Padre en el rostro de Jesucristo. Sólo la sencillez es la sabiduría necesaria para ser discípulo y poder conocer los secretos del Reino. Sólo el hombre sencillo ha entendido la humildad de nuestro Dios que se abaja para enseñarnos a recorrer el único camino que lleva a la vida, el del anonadamiento, el del servicio a todos, en definitiva, el dar la vida por los demás.
Esta es la sabiduría del discípulo, una vida entregada, un corazón sencillo y una palabra transparente. Así nos quiere Dios.
¡Paz y Bien!

¡Paz y Bien!

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