Evangelio y Reflexión del día. Por Fray Manuel Díaz Buiza

Sagrado Corazón de Jesús

Mateo (11,25-30)Evangelio según san Mateo (11,25-30)

En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»
Palabra del Señor

Hoy solemnidad del Sagrado Corazón celebramos hoy el amor de un corazón, manso y humilde. El corazón no es solo un símbolo del amor sino también expresa la profundidad de la persona. El amor de Jesús llega al extremo de dar su vida y convertirse en fuente de salvación para todos. Del Corazón de Jesús abierto por la lanza «salió sangre y agua».
Este es el plan salvífico de Dios, escondido en lo siglos y manifestado en Cristo, para que adorándolo alcancemos la plenitud de la vida que solo llega cuando uno es capaz de entregar su vida, su corazón a los demás.

¡Paz y Bien!

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