El Evangelio según san Mateo 11,28-30

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11,28-30

 Las palabras de Jesús son un pregón de esperanza: “venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré”. Es el aspecto principal de la figura de Jesús. Hace milagros, predica maravillosamente, anuncia el Reino: pero sobre todo atiende a los que sufren, a los desorientados, a los que buscan, a los pobres y débiles, a los pecadores y marginados de la sociedad. Tiene buen corazón. Quiere liberar a todos de sus males. Nunca pasa al lado de una persona que sufre sin atenderla. “Venid a mí, yo os aliviaré”. Es lo suyo: libera de angustias y da confianza para vivir. Ofrece paz y serenidad a los que han sido zarandeados de cualquier manera por la vida. A él le tuvo que ayudar un día el Cireneo a llevar la cruz. Pero él había ayudado y sigue ayudando a otros muchos a cargar con la cruz que les ha tocado llevar.

El Adviento nos invita a no dudar nunca de Dios. Nos hace el anuncio cargado de confianza: Cristo Jesús vino y sigue viniendo a nuestra historia para curarnos y fortalecernos, para liberarnos de miedos y esclavitudes, de agobios y angustias. No nos sucederán milagros. Pero si de veras acudimos a él, siguiendo su invitación, encontraremos paz interior y serenidad, y fuerza para seguir caminando. El Adviento es escuela de esperanza y espacio de paz interior. Porque Dios es un Dios que siempre viene, en Cristo Jesús, y está cerca de nosotros y conoce nuestra debilidad.

Fr. Antonio Majeesh George Kallely, ofm

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