[Oficina de Servicios Pastorales del Real Monasterio]
Tiempo de Cuaresma
«El tiempo de Cuaresma es tiempo propicio para afinar los acordes disonantes de nuestra vida cristiana y recibir la siempre nueva, alegre y esperanzadora noticia de la Pascua del Señor. La Iglesia en su maternal sabiduría nos propone prestarle especial atención a todo aquello que pueda enfriar y oxidar nuestro corazón creyente. Las tentaciones a las que estamos expuestos son múltiples. Cada uno de nosotros conoce las dificultades que tiene que enfrentar. Y es triste constatar cómo, frente a las vicisitudes cotidianas, se alzan voces que, aprovechándose del dolor y la incertidumbre, lo único que saben es sembrar desconfianza. Y si el fruto de la fe es la caridad —como le gustaba repetir a la Madre Teresa de Calcuta—, el fruto de la desconfianza es la apatía y la resignación. Desconfianza, apatía y resignación: esos demonios que cauterizan y paralizan el alma del pueblo creyente.
La Cuaresma es tiempo rico para desenmascarar éstas y otras tentaciones y dejar que nuestro corazón vuelva a latir al palpitar del Corazón de Jesús. Toda esta liturgia está impregnada con ese sentir y podríamos decir que se hace eco en tres palabras que se nos ofrecen para volver a «recalentar el corazón creyente»: Detente, mira y vuelve.» (Papa Francisco)
El color litúrgico de este tiempo es el morado.
1. Lecturas del V Domingo de Cuaresma
[Año B: Jeremías 31, 31-34; Hebreos 55 7-9; Juan 12, 20-33]
Apóstol: «Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna».
Evangelio: «»Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre. Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, que a infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este, mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará.
…Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí». Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba morir».
2. Meditación
«Por la Pasión salvadora de tu Hijo la humanidad entera fue capaz de glorificarte,
porque en la fuerza inefable de la cruz se manifestó el juicio del mundo y el poder de Cristo crucificado. (Prefacio I de la Pasión)
1.-Ha llegado la hora de que sean incorporados todos los hombres a la salvación que el Señor ofrece por medio de Jesús. Es una constante que ha enseñado en su ministerio: Dios es de todos, que hace salir el sol para buenos y malos (cf. Mt 5,45). Dios no es patrimonio de ningún pueblo, sino que pertenece a toda la humanidad, a cada persona, como vimos en la expulsión de los mercaderes del templo; todo el mundo puede relacionare con Él al margen del templo oficial hebreo. Pero la vía de acceso al Señor es el amor de Jesús, amor que llega al límite de dar su vida por todos. Es el grano de trigo, que, para multiplicarse, tiene que morir antes.
2.- El sentido de morir para que el grano se reproduzca es el siguiente. En la Última Cena Jesús «antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. […] se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido» (Jn 13,3-5). Es un signo para que los discípulos no tuvieran duda de cómo la vida de Jesús es salvadora, sólo cuando sirve a los demás, siguiendo el mandato del Señor de llevar a cabo su revelación como Amor como siervo sufriente. Y se lo advirtió a todos cuando pedían ocupar los mejores puestos en su hipotético reino lleno de poder y de gloria humanas: «Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos» (Mc 10,45).
3.- Al acabar de lavarles los pies a los discípulos les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros (Jn 13,12-13). En el discurso de despedida, antes de padecer y morir, Jesús les dijo: «Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros (Jn 15, 12-17). Y sentencia en la Última Cena: «Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también unos a otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os amáis unos a otros» (Jn 13,34-35). Lo escucharemos el Jueves Santo de nuevo y varias veces a lo largo de año. Y es que no hay otra forma de ser persona y cristiano, por más que no nos comprendan, nos persigan o nos crucifiquen injustamente en nuestra vida. La respuesta es amar y servir desde nuestra libertad.
Fray Francisco Martínez Fresneda, OFM [https://familiafranciscana.com/2018]
3. Contemplación
El grano de trigo
Anastasio era el grano de trigo más joven. Estaba allí, en lo alto de la espiga. No sabía nada. Sólo que aquello luciente y dorado era el sol, que debajo estaban otros granos, Pedro y Fermín, y que el grano más viejo se llamaba Esteban. Esteban le había contado que nació de Sonia, un grano grande de trigo viejísimo que ahora estaba enterrado.
Un día, cuando el sol lucía más que nuca, se sintió amontonado, junto con otras espigas.– ¡Nos han cortado!, decía Esteban. Luego, cuando ya se sentía a gusto con tantos granos de trigo, e iba a proponer jugar a «tú espigueas, yo espigueo”, el grano de trigo que tenía al lado, sintió un ruido muy fuerte y que se precipitaba sobre él una gran piedra. Luego se extrañó de verse tan blanco y tan bonito.– ¡Qué guapo estás!, le dijo Juana. — Tú también, le contestó.
De repente, después de un gran traqueteo, se mezcló con una cosa liquida, como la lluvia: igual de fresca, pero no estaba en gotas. Después, lo mezclaron con una cosa un poco amarga, pero simpática. Luego, unas manos le llevaron de un lado para otro, amasándolo. Pronto se sintió crecer y crecer. Y un calor muy grande. Cuando cesó el calor, oyó una voz que decía:– Esa barra, bien tostadita. Luego sintió unos dientecillos que le mordían. Ahora forma parte del cuerpo de Eva.
Fray Francisco Arias Marcelo, OFM [Fraternidad San Francisco, Mérida]
Agenda del Santuario
La Oficina de Información del Real Monasterio comunica que a la Misa del Domingo, 18 de marzo (12.00 de la mañana), acudirán muchos devotos de toda España a honrar a la Madre del Señor manifestada en Guadalupe. La Comunidad franciscana desea a todos una agradable estancia entre nosotros. Conviene, no obstante, que las peregrinaciones que deseen celebrar en la basílica o en la cripta del camarín, reserven día y hora por correo electrónico: comunidad@monasterioguadalupe.com
Horario de Misas en la Basílica de Guadalupe
- Días laborables: 12:00 (Misa de Peregrinos) y 19:00.
- Domingos y días de precepto: 11:00, 12:00 (Misa de Peregrinos), 13:00 y 19:00.
- Antes de la misa diaria de Peregrinos y de todas las misas de domingos y festivos encontrará confesores disponibles.
- Todos los días del año se reza el Ángelus o Regina Coeli, y media hora antes de la misa vespertina, el Rosario Mariano.
- Todos los jueves del curso pastoral, media hora antes de la misa vespertina, la Comunidad y los demás fieles tiene adoración eucarística y rezo de Vísperas.
- El próximo viernes de Cuaresma, después de la misa vespertina, se reza el Viacrucis con la imagen del Nazareno por el claustro mudéjar.
Son cinco números al año y almanaque de pared (tamaño folio, portadas y 40 páginas en papel satinado a todo color): 19 €. Suscríbase ahora mismo en guadalupe.mcs1916@gmail.com o Revista Guadalupe Real Monasterio s/n 10140 GUADALUPE (Cáceres)