Allá por 1209 San Francisco de Asís fundó la Orden de los Hermanos Menores, o lo que es lo mismo, una nueva manera de vivir y poner en práctica el Evangelio. La Orden Franciscana pronto contó con multitud de hermanos que quisieron seguir a Cristo de este modo.
Retrato de San Francisco de Asís por José de Ribera
Tras siglos de reformas y avatares históricos, el carisma franciscano hoy se extiende por todo el mundo, no solo dentro de nuestra Orden, sino también en un sinfín de instituciones, asociaciones y simpatizantes.
La riqueza del carisma franciscano abarca desde la vida activa a la contemplativa, desde la docencia hasta la misión, pasando por parroquias, santuarios o simplemente siendo presencia y testimonio entre los más desfavorecidos.
Detalle Patio de la Hospedería del Monasterio
Escudo Franciscano en el Monasterio
En 1908 los franciscanos llegan a Guadalupe con la difícil tarea de levantar este lugar tras la ausencia de la Orden Jerónima y tiempos oscuros de decadencia. Hermanos sencillos y con pocos medios pusieron a disposición de todos lo mejor de sí mismos y se fundaron escuelas, una hospedería y varias cofradías. Aquellos frailes hicieron que esta casa volviera a brillar con luz propia siendo lugar de referencia obligatoria para muchas generaciones.
Hoy día la comunidad de franciscanos que aquí vivimos sigue apostando con fuerza por testimoniar en este lugar, ofreciendo acogida a multitud de visitantes y peregrinos. Las puertas de esta casa Sta. Mª de Guadalupe están siempre abiertas para todos los que vienen buscando un sitio de fe y de paz.
¡Ven, eres bienvenido, te esperamos!
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