Ramos y pasión

[Oficina de Servicios Pastorales del Real Monasterio]

Tiempo de Cuaresma/ Semana Santa

«Durante la Semana Santa, la Iglesia celebra los misterios de la salvación realizados por Cristo en los últimos días de su vida, empezando por su entrada mesiánica en Jerusalén. El tiempo de Cuaresma continúa hasta la tarde del jueves santo […]. La Semana Santa empieza el Domingo de Ramos en la Pasión del Señor, que comprende a la vez el presagio del triunfo real de Cristo y el anuncio de la Pasión. La relación entre los dos aspectos del misterio pascual se han de evidenciar en la celebración y en la catequesis».  Carta Circular 1988, nº. 27.28

 

El color litúrgico de este domingo es el rojo.

1. Lecturas del Domingo de Ramos en la Pasión

[Año B: Isaías 50,4-7; Filipenses 2,6-11; Marcos 15,1-39]

Apóstol: «Cristo, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios; al contrario, se despojó de sí mismo tomando la condición de esclavo, hecho semejante a los hombres. Y así, reconocido como hombre por su presencia, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exaltó sobre todo y le concedió el «Nombre sobre todo nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble, en el Cielo, en la Tierra, en el Abismo, y toda lengua proclame: «¡Jesucristo es Señor!», para gloria de Dios Padre».

Evangelio: «Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: «El rey de los judíos.» Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda… Los sumos sacerdotes con los escribas se burlaban también de él… También los que estaban crucificados con él lo insultaban. Al llegar el mediodía, toda la región quedó en tinieblas hasta la media tarde. Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró. El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo: «Realmente este hombre era Hijo de Dios»».

2. Meditación

 

«Por la Pasión salvadora de tu Hijo la humanidad entera fue capaz de glorificarte,
porque en la fuerza inefable de la cruz se manifestó el juicio del mundo 
y el poder de Cristo crucificado.
(Prefacio I de la Pasión)

 

1. Hoy la lectura de la Pasión según san Marcos debe ser valorada en su justa medida. La lectura, en sí, debe ser “evangelio” mismo y nosotros, como las primeras comunidades para las que se escribió, debemos poner los cinco sentidos y personalizarla. La pasión según San Marcos es el relato más primitivo que tenemos de los evangelios, aunque no quiere decir que antes no hubiera otras tradiciones de las que él se ha valido. Debemos saber que no podemos explicar el texto de la Pasión en una “homilía”, sino que debemos invitar a todos para que cada uno se sienta protagonista de este hermoso relato y considere dónde podía estar él presente, en qué personaje, cómo hubiera actuado en ese caso. Precisamente porque es un relato que ha nacido, casi con toda seguridad, para la liturgia, es la liturgia el momento adecuado para experimentar su fuerza teológica y espiritual.

2. No es, pues, el momento de entrar en profundidades históricas y exegéticas sobre este relato, sobre el que se podían decir muchas cosas. Desde el primer momento, en los vv. 1-2 nos vamos a encontrar con los personajes protagonistas. El marco es las fiestas de Pascua que se estaban preparando en Jerusalén (faltaban dos días) y los sumos sacerdotes no querían que Jesús muriera durante la “fiesta”, tenía que ser antes; el relato, no obstante, arreglará las cosas para que todo ocurra en la gran fiesta de la Pascua de los judíos ¡nada más y nada menos! Los responsables, dice el texto, “buscaban cómo arrestar a Jesús para darle muerte!. Era lo lógico, porque era un profeta que iba muy por libre. Era un profeta que estaba en las manos de Dios. Esto era lo que no soportaban.

3. Pero si queremos organizar nuestra preparación, tanto a nivel personal como catequético y pastoral para una lectura previa, pausada y reflexiva del relato de la Pasión de Marcos, aquí van algunas pautas que pueden resultar “orientativas”: Mc estructura el relato de la pasión y muerte de Jesús con un tríptico introductorio (14,1-11), seguido de dos relatos en para­lelo, situados el mismo día (14,12), que le sirven para mostrar la misma realidad bajo dos aspectos diferentes. En el primer relato (14,12-26) se expone en clave teológica la voluntariedad y el sen­tido de la entrega de Jesús (eucaristía); en el segundo (14,17-15,47) describe su entrega en forma narrativa.

4. El recorrido por los relatos de la pasión del Señor, que Marcos ha preparado con tres anuncios a través de su marcha hacia Jerusalén (8,31; 9,31; 10,33-34), no debería sorprender a sus discípulos, pero, sin embargo, les desconcertará de tal modo, que abandonarán a Jesús, lo negarán, como en el caso de Pedro, y marcharán Galilea. Parece como si la última cena con los suyos no hubiera sido más que un encuentro al que estaban acostumbrados, cuando en ella Jesús les ha adelantado su entrega más radical. A la hora de la verdad, en el Calvario, no estarán a su derecha los hijos del Zebedeo, como arrogantemente le habían pedido al maestro camino de Jerusalén (10,35-40), sino dos malhechores. Esto obliga a Marcos a que el reconocimiento de quién es Jesús, en el momento de su muerte, lo pronuncie un pagano, un ateo, el centurión del pelotón romano de ejecución, quien proclama: «verdaderamente este hombre era el hijo de Dios» (15,39). Como vemos, el relato no queda solamente en lo litúrgico, sino que lo teológica es de mucha más envergadura. ¿Nos hubiéramos nosotros quedado allí, junto al Calvario, o nos habríamos marchado también huyendo a nuestra Galilea?

5. Todos los aspectos de la lectura de la pasión en Marcos, entre otros muchos posibles, muestran esa teología de gran alcance cristiano, semejante a aquella que encontramos en Pablo, en la carta a los Corintios: «su fuerza se revela en la debilidad». Es lo que se ha llamado, con gran acierto, la sabiduría de la cruz, que es una sabiduría distinta a la que buscaban los griegos y los judíos. El Dios de la cruz, que es el que Marcos quiere presentarnos, no es Dios por ser poderoso, sino por ser débil y crucificado. Es evidente que este es un Dios que escandaliza; por ello se ha permitido que sea un pagano quien al final de la pasión, en el fracaso aparente de la muerte, se atreva a confesar al crucificado como Hijo de Dios. Sin duda que el relato de la pasión de Marcos busca su punto más alto en la muerte de Jesús como una «teofanía», en cuanto revela el poder de Dios que se manifiesta en la debilidad. Marcos pone de manifiesto, pues, que la lógica de Dios es muy distinta de la lógica humana. Pero es innegable que, desde la cruz, el Hijo de Dios confunde la sabiduría humana, la vanagloria, el poderío desbordante, porque frente a tanta miseria, Dios no puede ser un triunfador, sino un apasionado por el misterio de la muerte de Jesús que ha vivido para darnos la libertad.

Fray Miguel de Burgos Núñez, OP [https://www.dominicos.org]

3. Contemplación

 

“¿Dónde está el buen Dios

Los SS parecían inquietos. Colgar a un muchacho ante miles de personas no era un asunto sin importancia. El jefe del campo leyó el veredicto. Todas las miradas estaban puestas sobre el niño. Estaba lívido, intranquilo, mordisqueándose los labios. La sombra de la horca le recubría. El jefe del campo se negó en esta ocasión a hacer de verdugo. Le sustituyeron unos SS. Los tres condenados subieron a sus sillas. Los tres cuellos fueron introducidos en los nudos corredizos.

—¡Viva la libertad! —gritaron los dos adultos.

El muchacho se calló.

—¿Dónde está el buen Dios, dónde? —preguntó alguien detrás de mí.

A una señal del jefe del campo, las tres sillas cayeron. Un silencio absoluto descendió sobre toda la explanada. El sol se ponía en el horizonte.

—¡Descubríos! —rugió el jefe del campo.

Su voz sonó ronca. Nosotros llorábamos. Después comenzó el desfile. Los dos adultos habían dejado de vivir. Su lengua pendía, hinchada, azulada. Pero la tercera cuerda no estaba inmóvil; de tan ligero que era, el niño seguía vivo… Permaneció así más de media hora, luchando entre la vida y la muerte, agonizando bajo nuestra mirada. Su lengua estaba roja, y su mirada no se había extinguido. Escuché al mismo hombre detrás de mí:

—¿Dónde está el buen Dios?

Y en mi interior escuché una voz que respondía: «¿Dónde está?… Pues aquí, aquí colgado, en esta horca…».

Fray Francisco Arias Marcelo, OFM [Fraternidad San Francisco, Mérida]

Agenda del Santuario

 

La Oficina de Información del Real Monasterio comunica que a la Misa del Domingo, 25 de marzo (11.45 de la mañana), acudirán muchos devotos de toda España a honrar a la Madre del Señor manifestada en Guadalupe. La Comunidad franciscana desea a todos una agradable estancia entre nosotros. Conviene, no obstante, que las peregrinaciones que deseen celebrar en la basílica o en la cripta del camarín,  reserven día y hora por correo electrónico: comunidad@monasterioguadalupe.com

Horario de las celebraciones pascuales en la basílica de Guadalupe

 

 

La Pascua del Señor

Horarios de la Semana Santa 2018

Viacrucis Claustral

Viernes de Dolores, 23 de marzo: 19.30 [7.30 de la tarde]: Sagrada imagen de N. P. Jesús Nazareno.

Concierto de Música Sacra

Sábado, 24 de marzo: 20.00 [8 de la tarde].

Sacramento de la Penitencia

Miércoles, jueves, viernes y sábado santos: 11.30 a 12.30. Durante los Oficios no se confiesa.

Domingo de Ramos en la Pasión del Señor, 25 de marzo

11.00: Misa dominical.

11.45: Misa Solemne con bendición y procesión de Ramos.

(Si el tiempo no lo impide, esta celebración empieza en el Patio de los Peregrinos o Corralón)

13.00 y 20.00 [8 de la tarde]: Misa dominical.

 

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